Entrevista revista BUFÉ - Magazín de Cultura. Por Carolina Lara. Agradecimientos a todo el equipo BUFÉ. ENERO 2014 - Región del Bío - bío CHILE.



FRAGMENTO ENTREVISTA:

GEMELO MALVADO

Huachistáculo es más que un payaso o un alter ego. Representa las pulsiones, lo no permitido, el juego, la poesía, lo erótico, la fiesta. Adopta diversos estados y roles, muta constantemente, irrumpiendo en los escenarios más serios y establecidos. Puede ser un conejo rosado, un vagabundo stalker, un policía. “Todos personajes unidos por mi cuerpo. Es mi piel, mi rostro el hilo conductor”, agrega.

Pocos saben que este personaje múltiple tuvo su origen en las grandes fiestas navideñas que la empresa Huachipato organizaba entre los años 70 y 80 en el Estadio Higueras, y que calaron hondo en el espíritu del pequeño Almendra. Huachistáculo era el maestro de ceremonias que en repetidas ocasiones representó nada menos que Arnoldo Weber, actor y actual director de la Corporación Cultural Artistas del Acero.

“Era un show alucinante. Llegaba gente de Lota, Tomé. Generaba mucha expectación. Lo central era el cuento de Navidad. De niño me lo mamé todos los años. Durante la dictadura en Talcahuano no pasaba nada. Para los cabros chicos era el eventazo del año. Como si fuera Fura dels Baus o Royal de Luxe a la chilena. Con fuegos artificiales y un barroquismo de imágenes muy latinoamericano. En la historia participaban muchos personajes, como seres gigantes mutantes. Huachistáculo era lo máximo. Llegaba en helicóptero, colgado de una cuerda desde el cerro o aparecía tras una casa explotando, siempre rodeado de grandes juegos de luces y con un traje distinto. Esas fueron las primeras performances o happenings que vi. Como aquí no existía  historia de la performance, me la inventé y  transformé en el personaje mítico de mi infancia”, asegura.

Una de las últimas presentaciones de Huachistáculo-Almendra fue en noviembre en el encuentro de performance, “Ejercicio de cuerpos”, que organizó Caserío en la feria libre de Lota. Vestido como un decadente y pérfido “Barney”, bailó al son de una cumbia alrededor de un montón de propaganda política que luego quemó, disfrutando cómo ardían los rostros de plástico de Matthey y Bachelet. La cumbia: para el artista, el gran invento latinoamericano contra la pena y el desastre. Casi ideología, dice, es anarquismo, un orgasmo tropical.

“Huachistáculo es como un doble opuesto o un gemelo malvado, una figura que debe errar para que empiece a andar un sistema, para que se desencadenen otras situaciones”, define Almendra. Un doppelgänger, como escribe Claudio Bernal en el texto “Y volveré” (Alzaprima N° 5, revista del Departamento de Artes Plásticas de la UdeC). El vocablo alemán define a un doble que lleva la misma vida que uno, pero que trae malos augurios, atormenta al gemelo bueno. 


A Almendra le gusta esta cita del autor: “Huachistáculo es el doble fantasmagórico que nos anuncia la desdicha de lo que se nos aproxima, su exquisita cualidad estética, su cuidado maquillaje y colorido no son más que espectros que nos turban de lo real por un momento, para anunciarnos que algo pasa, el anunciante del trauma que nos visita, el doppengänger de nuestro propio sentir social”.





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